29 de Noviembre de 2023. Auditori de Barcelona. Cuartetos de Haydn, Bartok y Beethoven. Interpretados por el Hagen Quartet.
JOSEPH HAYDN. CUARTETO DE CUERDA NÚM. 60
Joseph Haydn compuso su Cuarteto de Cuerda Núm. 60, Op. 76 Núm. 1, en 1797. Forma parte de sus seis Cuartetos de Cuerda Op. 76, su último conjunto completo de cuartetos y están dedicados al Conde Erdody, miembro de la nobleza húngara.
Estos cuartetos son unas de las obras de cámara más ambiciosas y novedosas de Haydn. Así, no se someten a la tradicional forma sonata en su primer tiempo, desarrollan los mismos temas a lo largo del cuarteto y juegan al intercambio de temas entre los instrumentos. Haydn emplea formas poco comunes en la música neoclásica, como un canon o una fantasía y da especial protagonismo a la viola y el cello.
El Cuarteto de Cuerda Núm. 60 tiene cuatro movimientos: Allegro con spirito; Adagio sostenuto; Minuetto presto; Allegro ma non troppo.
El allegro con spirito empieza con una breve introducción, que es desarrollada por los cuatro instrumentos, intercambiándose el tema principal.
El segundo movimiento, adagio sostenuto, parece un himno y ha sido comparado con los movimientos lentos de la Sinfonía 99 de Haydn y la Sinfonía Júpiter de Mozart.
El tercer movimiento, es un minueto, aunque tiene “presto” como indicación, con lo que parece un “scherzo”. El desarrollo es lírico: el primer violín toca una música popular con un pizzicato.
El final, “allegro ma non troppo” empieza en un tono menor, oscuro, pero acaba de forma alegre en la coda.
BELA BARTOK. CUARTETO DE CUERDA NÚM. 3
Bela Bartók compuso el Cuarteto Núm. 3 Sz 85, en 1927, en un período en que su música era muy popular.
La obra está organizada de forma poco convencional. Se divide en «Prima Parte» y «Seconda Parte», seguidas por una «Ricapitulazione della Prima Parte» y una “Coda” que es un resumen de la segunda parte. Bartok aplica formas novedosas a sus intentos de componer piezas musicales, en base a un material melódico muy limitado.
Las cuerdas presentan una amplia gama de efectos coloristas: glissando, pizzicato, sordinas, golpeando las cuerdas con el arco, acercando el arco al diapasón o al puente, y rasgueando.
La “Prima Parte” es lírica. Empieza con el violín solo, con un acompañamiento malhumorado, que introduce el tema principal del movimiento. Éste es menos contrapuntístico que los anteriores cuartetos de Bartók. Un moderato conduce sin interrupción a la segunda parte.
La “Seconda Parte” es un allegro inspirado en danzas folclóricas. Bartók infunde un aire salvaje a la música, con su técnica revolucionaria. Combina un tempo furioso y una intensa concentración de material sonoro.
Las recapitulaciones de ambas partes exageran sus diferencias.
LUDWIG VAN BEETHOVEN. CUARTETO DE CUERDA NÚM. 13
Ludwig van Beethoven escribió su Cuarteto Núm. 13 en Si Op. 130, en 1825, y lo revisó en 1826. Fue encargado por el príncipe ruso Nikolai Golitsyn, violonchelista aficionado, y dedicado a él.
Originalmente este Cuarteto tenía seis movimientos, acabando en la famosa Gran Fuga; pero este final tuvo mala recepción, por su dureza y densidad y por ser muy difícil de tocar. Beethoven, a petición de su editor, la cambió por un final más corto y ligero: el Finalle: Allegro; y la Gran Fuga fue publicada por separado.
El Cuarteto tiene más movimientos que los típicos cuatro de un cuarteto clásico. Son: Adagio ma non troppo – Allegro; Presto; Andante con moto, ma non troppo; Alla baila tedesca. Allegro assai; Cavatina. Adagio molto espressivo – attacca; Final. Allegro.
El primer movimiento contiene tres temas, de los que el segundo es contrapuntístico inspirado en Bach y el tercero es lírico.
El segundo movimiento, un Presto, adopta el estilo de una canción popular.
A pesar de ser un “Andante”, el tercer movimiento no tiene especial solemnidad. Un principio melancólico evoluciona a un scherzo. Finaliza en una coda, que alterna la melancolía y la alegría final.
El cuarto movimiento está escrito como un “Teutschen”, danza precursora del vals . Su aire campesino y simple es perturbado por pasajes inquietos y crescendos.
El quinto movimiento es una cavatina lírica y expresiva. Es «la corona» del Cuarteto, para Beethoven; se dice que “la compuso con lágrimas de tristeza”. Beethoven utilizó técnicas vocales, como era habitual en sus últimas obras, para conseguir una expresión directa y sencilla; así, el primer violín permanece dentro del alcance de la voz humana durante todo el movimiento.
El movimiento se divide en tres partes. La parte principal, cantabile, tiene dos temas. Sigue una sección media “opresiva”, recitativa y en pianissimo. Acaba volviendo el primer tema.
La Gran Fuga
Beethoven publicó la fuga, que originalmente formaba el final del Cuarteto, de manera separada como “Gran Fuga op. 133 en Si mayor». En el Cuarteto, la reemplazó por un final rondó, basado en música popular.
El tema principal de la fuga va acompañado de bajos sencillos y turbios, que se van uniendo con temas en “scherzo”. En el desarrollo del tema principal, irrumpe un cantabile. Finalmente, se recapitula el tema principal y la coda acaba siendo el centro del movimiento.