16 Noviembre 2019. Auditori de Barcelona. Prokofiev, Ravel y Debussy. Toca la OBC, dirigida por Vladimir Ashkenazy. Boris Belkin, violín.
SERGUÉI PROKOFIEV. CONCIERTO PARA VIOLÍN NÚM. 2
Serguéi Prokófiev compuso su Concierto para Violín Núm. 2 en Sol Menor, Op. 63, en 1935. Fue estrenado en Madrid, ese mismo año.
Es una obra en tres movimientos: Allegro moderato; Andante assai; Allegro, ben marcato.
Prokófiev encara la obra en un momento difícil: el intervencionismo y la censura soviéticos y la primacía que el régimen comunista daba al clasicismo musical. El concierto es más convencional que las obras anteriores de Prokófiev.
EL concierto fue compuesto, en los años en que Prokófiev había vuelto a Rusia, después de 10 años de exilio. Presenta la transición del cosmopolitismo musical europeo y la ortodoxia soviética.
Empieza con una melodía simple del violín, inspirada en música popular rusa. La melodía del violín sobrevuela grácil por el segundo movimiento, de un lirismo desbordante, que acaba en una sombría intervención de la orquesta. El tercer movimiento, rondó, tiene un aire español, con castañuelas que suena cada vez que suena el tema principal.
MAURICE RAVEL. PAVANA POR UNA INFANTA DIFUNTA
Maurice Ravel compuso su “Pavana para una Infanta Difunta”, para piano solo,, en 1899. Compuso y publicó una versión orquestal, en 1910. Es la que hemos oído.
La obra evoca la digna elegancia de una recepción en la corte real de España, el grácil movimiento de los pasos de una pavana, danza lenta procesional muy popular en los SS XVI y XVII.
Estas referencias antiguas son un homenaje de Ravel al entusiasmo nostálgico por la moda y la sensibilidad española que el autor compartía con sus contemporáneos, como Manet o Debussy. Lo manifestó en otras obras, como la Rapsodia española o el Bolero.
Cuando Ravel publicó su orquestación de la Pavana en 1910, asignó la melodía principal a dos trompas. La Pavana presenta armonías tradicionales, casi arcaicas, expresa una melodía remota y bella.
CLAUDE DEBUSSY. LA MER
Claude Debussy compuso La mer, trois esquisses symphoniques pour orchestre (El mar, tres bocetos sinfónicos para orquesta) CD 111, en 1905.
La mer tiene tres movimientos: De l’aube à midi sur la mer – Très lent; Jeux de vagues [Juegos de olas] – Allegro; Dialogue du vent et de la mer [Diálogo del viento y el mar] – Animé et tumultueux.
Debussy subtituló La Mer como «Tres bocetos sinfónicos»; evitó la palabra «sinfonía». Es una secuencia de tres impresiones: dos poderosos movimientos externos enmarcando a uno más ligero, más rápido.
La obra es una sutil descripción del mar. Combina una orquestación inusual y armonías impresionistas; aunque Debussy negaba la relación con la pintura impresionista. Otros han visto la influencia de Turner, pintor británico que el músico admiraba. También se habla de la influencia del arte japonés: Debussy escogió “La Gran Ola en Kanagawa” del pintor y grabador japonés Hokusai, para portada de la partitura.
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